El 24 de agosto de 1879 un grupo de cubanos opuestos al Pacto del Zanjón retomaron la lucha independista. Volvieron a escucharse de nuevo en los campos del Centro y Oriente del país los disparos de los cañones insurrectos; dando comienzo a la Guerra Chiquita. Este movimiento solo duró aproximadamente dos años, el 29 de mayo de 1880, capitularon el mayor general Guillermo Moncada y el general de brigada José Maceo, el último en dejar la lucha fue el coronel Emilio Núñez, quien depone las armas el 3 de diciembre de 1880, y con ello el fin de la Guerra Chiquita.
Dos años antes del fracaso de la guerra el 31 de agosto de 1878 José Martí regresó a La Habana, luego de más de siete años de destierro. Había terminado sus estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se graduó de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras. Apenas tres meses de su regreso a su patria nace José Francisco, su único hijo. Inmediatamente Martí se suma a las labores conspirativas con los grupos internos independentistas. Es detenido y deportado nuevamente a España, el 25 de septiembre de 1879, por sus vínculos con la Guerra Chiquita.
Burlando la vigilancia impuesta por el gobierno español viaja a Francia hasta llegar a Nueva York, allí se establece en la casa de huéspedes de Manuel Mantilla y su esposa Carmen Miyares. Tenía entonces veintisiete años.
Lejos de su hijo, con quien solo pudo compartir aproximadamente 58 meses. En ese contexto el Apóstol escribe su primera obra poética “Ismaelillo”, luego de una breve estancia en Caracas. Se han dado muchas interpretaciones buscando la razón por la cual Martí nombra esta obra dedicada a su hijo el Ismaelillo. El Antiguo Testamento que Martí conocía tan bien, cuenta que el patriarca Abraham tuvo un hijo con la esclava egipcia Agar, al que le puso por nombre Ismael, que significa Dios oye, ¿Tendría ese fondo bíblico algo que ver con el bautismo literario de Pepito? ¿Acaso el hecho de que su hijo haya nacido en Cuba simbólicamente relaciona al hijo de Martí con Ismael? (ambos hijos de una esclava, en el caso de José Francisco, lo es Cuba).
José Martí en su estancia en España es iniciado en la masonería, en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. En la masonería el simbolismo es uno de los pilares de la institución, la referencia al símbolo y su interpretación conlleva al entendimiento más profundo de la fraternidad, así como en la forma en que los masones se comunican y llevan sus trabajos en el “taller”. Por lo que no debe resultar extraño las referencias y símbolos orientales en la obra literaria de Martí, el Oriente es parte esencial de la masonería, en la parte oriental es donde los trabajos masónicos son guiados, porque es en el oriente por donde sale el sol, símbolo de iluminación que durante el día ilumina el trabajo de los hombres, es también en el oriente donde simbólicamente van los masones cuando mueren, parten al Eterno Oriente en presencia del Gran Arquitecto del Universo. Martí conoció a profundidad estas enseñanzas y las reflejó en muchas de sus obras, discursos, ensayos, artículos, etc.
Por eso no es de extrañas el paralelismo simbólico que Martí estableció con su hijo, “… ese hijo mío a quien no hemos de llamar José, sino Ismael …”
Al igual que el personaje bíblico, Ismael, hijo de Abraham, tendría que vivir en lucha constante contra su destino, desheredado y expulsado del desierto, hijo de una esclava Agar, obligado a crecer lejos de su padre; igual que su hijo José Francisco, algo que el Apóstol simbólicamente relacionó con Cuba, y los acontecimientos que se desarrollaron en el futuro de ambos:.