El futuro del pueblo cubano pareciera estar escrito en inquebrantables tablas de piedras que ni el tiempo ni los interminables proyectos y mucho menos los millones de dólares destinados a promover la democracia en Cuba parecen desgastar. Es complejo entender el porqué de la  desgracia que asoló al pueblo cubano en los últimos sesenta años, la cual no parece tener final, al menos a corto plazo. La lista de los culpables es interminable y conocidos sus nombres , algunos han muerto, otros ya casi, el resto se aferran a las cenizas de sus héroes, al polvo de la destrucción y el fracaso.

La raíz del problema cubano es profunda y se remonta a La Internacional Comunista, también conocida como la III Internacional, organización camunista , fundada en Moscú en marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y que agrupó a partidos comunistas de decenas de países. Algunos de sus objetivos eran el establecimiento de la dictadura del proletariado así como la completa abolición de las clases sociales, la realización del socialismo, la lucha por todos los medios disponibles, incluida la fuerza armada, para el derrocamiento de la burguesía internacional.

En este contexto histórico irrumpió en la historia de Cuba un judio polaco conocido como Fabio Grobart, del cual se conoce muy poco. Prófugo de la justicia por sus conspiraciones en Polonia; decide exiliarse en Cuba alrededor de 1920, se dio a la tarea de promover la agenda de la “Internacional”.  Conjuntamente con un grupo de cubanos y miembros de la comunidad hebrea en la isla, crean el primer partido comunista cubano. Para ello se reunieron entre el 16 y 17 de agosto de 1925 en una vieja casa de la calle Calzada, Vedado, número 81, lugar donde hoy se halla la sala teatral Hubert de Blanck.

Bajo el mismo comienzan los comunistas cubanos sus trabajos por toda Cuba, bajo la tutoría de Fabio Grobart, quien se ve obligado a abandonar la isla por sus actividades, hasta que en 1960 Raul Castro y Ernesto Guevara le convencen para que les ayude a materializar los planes hasta ese entonces secretos de la revolución. De regreso a Cuba se reúne con Fidel Castro quien lo integró en el proceso revolucionario, para entonces los hermanos Castros no tenían la más mínima idea sobre los fundamentos del marxismo-leninismo, así como de establecer las bases para un gobierno comunista; también era un lazo importante para acercar a Cuba y a la exinta Unión Soviética.

Fidel a su vez era el líder ideal, con el perfil casi perfecto para desde las sombras construir las bases de la dictadura castrista, se había encontrado con un líder dispuesto a todo con tal de mantener el poder, el comunismo era la plataforma ideal, la tormenta perfecta para que Grobart llevara a cabo su plan maestro en Cuba, los hermanos Castros eran las marionetas perfectas para su espectáculo.Fabio Grobart se convirtió en el guía ideológico de la dictadura así como el arquitecto de las estructuras de gobierno, también como en el que creó el establecimiento del marxismo-leninismo a todos los niveles en l

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